lunes, 16 de febrero de 2015

FRIDA y FRIDA (Las dos Fridas)



Hace algunos años fui a una exposición de Frida Kahlo con un sobrino de apenas 5 años. Quedó fascinado con las obras de mi querida Frida, especialmente con el EL CIERVO PEQUEÑO, LA VENADITA, o EL CIERVO HERIDO, pintado en 1946.

Me sorprendió el interés del niño por estas obras, y más aún cuando me pidió que le contara sobre Frida. Sobre ella se ha hablado mucho, han escrito libros, rodado películas, es un ícono cultural que no creo contenta de saberse actualmente un ícono comercial.


En fin, Frida Kahlo no tuvo una vida fácil. Desde los 6 padeció con enfermedades como la poliomielitis, que le dejó estragos físicos en la pierna derecha, los niños la llamaron “Frida la Coja”. Esto nos da una idea de por qué gustaba de usar pantalones y no faldas de la época. ¿Por qué faldas largas y folklóricas, que utiliza después de conocer a Diego Rivera, y los pantalones? Escondían su pierna.

A los 18 años padece aquel terrible accidente en el autobús, su cuerpo queda destrozado y esto trae las subsecuentes dificultades para embarazarse, terminando todos sus intentos en abortos. Por este accidente, Frida inicia el hobbie que le daría la fama que la dio a conocer en todo el mundo y a través del tiempo: la pintura. Frida sufrió 3 abortos, varias operaciones de columna y la amputación primero de 3 dedos de su pierna derecha, y después la pierna por debajo de la rodilla. De esto siempre se resguardó en la pintura.

Tiempo después, mi sobrino me contó que escribía un ensayo sobre LAS DOS FRIDAS, también mi obra favorita.


¿Qué vemos en este cuadro? Dolor, dualidad: un cielo que anuncia tormenta, un suelo árido. Una Frida vestida como Europea y una Frida Mexicana. Este cuadro se pintó en 1939, después de divorciarse de Diego Rivera. La Frida en traje blanco representa una Frida con el corazón vacío, cerrando con unas pinzas la arteria para no desangrarse. La Frida vestida de Tehuana vive con dolor en la mirada, tiene el corazón vivo, sostiene con la izquierda un retrato de Diego Rivera como niño.

Si ahondamos un poco en esta dualidad, la Frida Europea representa su ascendencia española por parte de su madre y alemana por parte de su padre, es un Frida que no existe ya que ella se representa viva y portando el traje de tehuana, ese traje que era de los favoritos de Diego, y que ella adoptó por cuestiones sentimentales y que se prestaban para ocultar su pierna.

Mi sobrino preguntaba ¿pero qué hay detrás? ¿Qué más hay en esa dualidad? Rápidamente recurrí a varios autores pero ninguno nos respondía. Un día fui a la Casa Azul de Frida, en Coyoacán, y compré una versión de su diario, qué sorpresa me llevé al encontrar lo siguiente:





“ORIGEN DE LAS DOS FRIDAS

= Recuerdos =

Debo haber tenido seis años cuando viví intensamente la amistad imaginaria con una niña… de mi misma edad más o menos. En la vidriería del que entonces era mi cuarto, y que daba a la calle de Allende, sobre uno de los primeros cristales de la ventana, echaba “baho”. Y con un dedo dibujaba una “puerta”… Por esa “puerta” salía en la imaginación, con una gran alegría y urgencia, atravesaba todo el llano que se miraba hasta llegar a una lechería que se llamaba PINZÓN… Por la O de PINZÓN entraba y bajaba intempestivamente al interior de la tierra, donde “mi amiga imaginaria” me esperaba siempre. No recuerdo su imagen ni su color. Pero si sé que era alegre, se reía mucho. Sin sonidos. Era ágil y bailaba como si no tuviera peso ninguno. Yo la seguía en todos sus movimientos y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos. ¿Cuáles? No recuerdo. Pero ella sabía por mi voz todas mis cosas… Cuando ya regresaba a la ventana, entraba por la misma puerta dibujada por el cristal. ¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo había estado con “ella”? no sé. Pudo ser un segundo o miles de años… yo era feliz. Desdibujaba la “puerta” con la mano y “desaparecía”. Corría con mi secreto y mi alegría hasta el último rincón del patio de mi casa, y siempre en el mismo lugar de un árbol de cedrón, y gritaba y reía asombrada de estar sola con mi gran felicidad y el recuerdo tan vivo de la niña. Han pasado 34 años desde que viví esa amistad mágica y cada vez que la recuerdo se aviva y se acrecenta más y más dentro de mi mundo.
1950. Frida Kahlo.”

¡Qué suerte! Entonces ella misma nos guía a creer que la Frida Europea, la Frida que se desangra salvando a la Frida Mexicana que se aferra a su Dieguito, la Frida cuyo corazón está vacío, no es otra que la amiga imaginaria que en algún tiempo la salvó de su soledad de niña, antes o después de sufrir poliomielitis, y que ahora después de su divorcio acude en el cuadro a salvarla del difícil trago que esto supone.

Cierro esta sección con la siguiente cita “La ciencia tranquiliza, el arte perturba”. Es fuerte, polémica, pero encierra una verdad certera. Los invito a que lean un poco más sobre Frida Kahlo y “Las dos Fridas”, el cuadro está lleno de simbolismos, si lo observan y leen más pueden sacar conclusiones propias y podríamos hablar al respecto. ¡Háganlo!

Les envío un saludo y les deseo un excelente día.

Tía Toncha.


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