domingo, 1 de noviembre de 2015

Dulces sueños…

Las nueve campanadas resonaron en toda la estancia. Este era el momento en el que mamá iba tras los niños para dormir. Esa media hora en que se ponían los pijamas, cepillaban los dientes y finalmente entraban a la cama, se complementaba con risas, abrazos, amables despedidas y buenos deseos para una feliz noche.

Los niños crecieron y el mayor quería una habitación para él solo. Para que la transición fuera más fácil para el más pequeño, dejaron al más grande en el cuarto de siempre y mudaron al menor a la habitación frente al cuarto que ellos ocupaban; una recámara grande que hasta ese día había servido para alojar visitas.

Las nueve campanadas sonaron y se escucharon hasta la planta superior. El niño, sentado en una de las camas gemelas de su nueva habitación, vio pasar a su hermano hasta la estancia que habían compartido antes y oyó el cerrar de la puerta. En compañía de su madre se lavó los dientes, se despidió de su padre y se metió bajo las cobijas.

-       Dulces sueños –se despidió su madre y apagó el interruptor.

La luz de las calles entró por la ventana. Todo lo que ahí había, desde el mobiliario hasta sus pertenencias, mismas que ahora le resultaban ajenas, todo se delineaba entre la oscuridad por el tenue resplandor de la iluminación. De entre todos los objetos que aborrecía, la cama junto a la suya, aquella cama situada a la izquierda y junto a la ventana, era la que enfatizaba lo solo que se encontraba. Como ése, muchos pensamientos cruzaron su mente hasta que sus párpados cedieron al peso del sueño.

El vibrar de dos campanadas lo trajo de vuelta en sí. Sabía que acababa de despertar y, sin la necesidad de espabilarse, como entre semana, se acurrucó hacia su derecha para volver a dormir.

Sonaron tres campanadas y exhaló profundamente. La sensación de incomodidad por haber permanecido en la misma posición le motivó a moverse; inhaló para cambiar su postura y en ese instante supo que no estaba solo. La sensación de que había alguien más en la recámara le hizo abrir los ojos, los cuales cerró nuevamente por el miedo. Un ruido proveniente de la otra cama inundó de angustia al niño, el sonido era tenue pero constante. Sin saber a qué atribuirlo, asoció el sonido al que hace un cuerpo contra las cobijas… algo o alguien le hacía compañía en la habitación, estaba en la cama junto a la suya, echado.
El niño apretaba las cobijas con sus manos y contra sí mismo, esperando protegerse con ellas. Cuando creía que ya la situación era demasiado, otro ruido le congeló la sangre: una respiración. La inhalación fue larga, durante cada fracción de segundo sintió la vibración profunda de un escalofrío bajando por su espina dorsal. La presencia exhaló y emitió un gruñido que logró que las lágrimas salieran por los ojos fuertemente cerrados del niño.

Mentalmente rezó, rezó y rezó pidiendo estar dormido, que todo fuera una pesadilla; sin embargo, el calor que habían dejado las lágrimas en su rostro le indicaban que estaba despierto y a merced de lo que ocupaba esa recámara.

Otro ruido. Cuando creyó que ya no podía haber algo que superara la situación que atravesaba, sucedió lo que temía. El movimiento que distinguió esta vez no fue un movimiento casual, sino aquel que lleva un impulso, un movimiento determinado contra la ropa de cama y que por el rechinar del colchón sólo significaba una cosa: la presencia se había sentado en la cama, viendo de frente hacia donde el niño pretendía dormir. Si la respiración distingue a un cuerpo inerte de otro con vida, el niño bien podría haber dejado de vivir en ese instante. La actividad del diafragma se detuvo y como si todos sus sentidos se aguzaran, adivinó el momento exacto en que aquella presencia estiró la mano para tocar el borde de la cama donde él estaba. Sintió el contacto de esa mano contra sus sábanas y escuchó el roce de la piel áspera al recorrer la colcha que le servía al niño de protección.

La acción de la fuerza hizo que el niño se moviera sobre su costado y se ladeara a la izquierda. Cuando el niño abrió los ojos, vio contra la pared cómo una sombra encorvada se erguía justo cuando sintió que la presencia retiraba su mano de la cama. La figura se enderezó y se corrió hacia atrás, tronando los huesos de la espalda y elevando dos garras al cielo que se perdieron en la oscuridad del techo y que, en fracciones de segundo, asumieron la postura de alguien que va a lanzarse sobre su presa.

El ambiente se llenó de las cuatro campanadas. Escuchó un rugido detrás de él y también su propio grito. La sombra en la pared se impulsó rápidamente y todo se volvió obscuro. Su grito agudo desgarró el silencio, rebasando incluso la gravedad sonora de aquel rugido que se abalanzó velozmente hacia su cara cubriéndola de un tibio vaho que lo envolvió y del cual, instantáneamente, el tacto de las manos de su madre lo arrebataron e hicieron que volviera a respirar.

El niño se abrazaba a su madre temblando, cubierto en sudor y chasqueando los dientes. Primero llegó su padre a la habitación y después su hermano; aunque las voces lo aturdían le ayudaban a volver en sí. Su madre lo cargó y se dirigió a la salida. Entonces le preguntó:

-¿Qué hiciste en la otra cama? –al salir de la habitación el niño pudo ver, por encima del hombro de su madre, que el lecho junto a la ventana estaba destendido, y sobre la almohada, se adivinada el peso de alguien que claramente había dormido en ella.

¡Es hora de dormir sobrinos! Dulces sueños.

@TiaToncha

domingo, 23 de agosto de 2015

El lenguaje del abanico

¡Saludos sobrinos! Después de buscar he logrado recuperar la entrada que publiqué en  el Blog de los Aristócratas sobre el lenguaje del abanico. 



El lenguaje del abanico fue un arte cortesano y no sólo empleado por la juventud, si no por damas y caballeros de todas las edades que deseaban comunicarse sin cometer indiscreciones. Este lenguaje presenta variaciones entre sociedades y por supuesto entre un país y otro. ¡Seguro se prestaba para divertidas confusiones! 

Una de las bases para este lenguaje era colocar el abanico en 4 direcciones con 5 posiciones distintas en cada una. Así representaban las letras del alfabeto. De entre los movimientos y señas que recordamos están los siguientes:

  • Cerrar el abanico tocándose el ojo derecho: “¿Cuándo podré verte?”.
  • Hacer movimientos amenazadores con el abanico cerrado: “No seas tan imprudente”.
  • Cubrirse la oreja izquierda con el abanico abierto: “No reveles nuestro secreto”.
  • Tocar con el dedo la parte alta del abanico: “Desearía hablar contigo”.
  • Abrir y cerrar el abanico varias veces: “Eres cruel”.
  • Abrir totalmente el abanico: “Espérame”.
  • Situar el abanico detrás de la cabeza: “No me olvides”.
  • Situar el abanico detrás de la cabeza con el dedo extendido: “Adiós”.
  • Situar el abanico delante de la cara con la mano derecha: “Sígueme”.
  • Mover el abanico alrededor de la frente: “Has cambiado”.
  • Dar vueltas al abanico con la mano izquierda: “Nos están viendo”.
  • Dar vueltas al abanico con la mano derecha: “Quiero a otro”.
  • Llevar el abanico abierto en la mano derecha: “Eres demasiado ferviente”.
  • Mover el abanico entre las manos: “Te odio”.
  • Mover el abanico alrededor de la mejilla: “Te quiero”.
  • El abanico colocado cerca del corazón: “Has ganado mi amor”.
  • El número de varillas muestran la contestación a una pregunta: “¿A que hora?”.
  • Contar o abrir cierto número de varillas: la hora fijada de una cita, en función del número de varillas abiertas o “tocadas”.
  • Abanicarse rápidamente. "Te amo con intensidad".
  • Abanicarse lentamente o de forma pausada, significa "soy una señora casada y me eres indiferente".
  • También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
  • Cerrar despacio. Este cierre significa un “Sí”. Si se abre y cierra rápidamente significa, “Cuidado, estoy comprometida”.
  • Cerrarlo de forma rápida y airada significa un “No”.
  • Dejar caer el abanico significa: "te pertenezco".
  • Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa “Si”. Sobre la mejilla izquierda es “No”.
  • Si presta el abanico a su acompañante: malos presagios.
  • Si se lo da a su madre, quiere decir “Te despido, se acabó”.
  • Cubrirse los ojos con el abanico abierto, significa “Te quiero”. Si cubre el rostro puede significar “Cuidado, nos vigilan".
  • Pasarlo por los ojos. Si se pasa el abanico por los ojos significa, Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, “Cuando te puedo ver”.
  • Cubrirse la cara con el abanico abierto, significa: "Sígueme cuando me vaya". Había que hacerlo con cuidado, o se malinterpretaba con “Cuidado, nos vigilan” y quedaban plantadas en la cita.
  • Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir “Puede besarme”.
  • Llevarlo o moverlo con la mano derecha, significa: “Amo a otro”.
  • Pasarlo de una mano a otra. Significa, “Estás flirteando con otra” o “Eres un atrevido.”
  • Tocar la palma de la mano. Quiere decir: “Estoy pensando si te quiero”.
  • Mirar dibujos. Mirar los dibujos del abanico, quiere decir: “Me gustas mucho”.
  • Cerrarlo sobre la mano izquierda. Quiere decir: “Me casaré contigo”. ¡Y ese movimiento causaba más sobresalto entre los jóvenes que ningún otro!
  • Arrojar el abanico. Quiere decir: “Te odio”. o “Adiós, se acabó”.


Y a grandes rasgos esto es el lenguaje que tanto se ha mencionado últimamente. Aunque hay dos movimientos que me faltó nombrar: cuando le pegaba a los jóvenes al sorprenderlos hablando con los abanicos, ¡y cuando veía con la ceja alzada a mi querido amigo @Don_Susanito para que dejara de rondar a Chona (la abuela de Chonita) y le prestara la llave de mi cava!

Espero esta entrada haya sido de su agrado, les envío un saludo y les deseo un excelente día.

Tía Toncha



lunes, 13 de abril de 2015

El ARTE del BESO


Igor Mitoraj
Obra perteneciente a EL MITO PERDIDO, conjunto de fragmentos neoclásicos.

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.”
                                   Gustavo Adolfo Bécquer

Besar… es el acto de tocar con los labios algo o a alguien. Generalmente se reconoce a esta acción como la forma de expresar instintivamente cariño y la mayoría de las personas reciben esta demostración de afecto por primera vez de parte de su madre al nacer.

Existen diversas interpretaciones del significado del beso, desde el instinto de supervivencia de un bebé al alimentarse, tendencias canibalísticas, el beso de codicia y traición en la Biblia, o los diferentes besos que describe el Kamasutra, donde su intensidad marca la diferencia entre cada uno.

Históricamente, el beso fue una demostración de afecto entre personas cercanas hasta el S. VI, cuando ya se habla de una demostración de respeto y saludo entre adultos en Europa.

Respeto, amor, traición, codicia... el beso ha sido una representación de diversos sentimientos que el arte, a través de sus 9 disciplinas, ha empleado para expresar más de una sensación.

El beso en el tercer arte: La Escultura














EL BESO
Auguste Rodin (1840-1917)
Rodin consideraba que el encanto y belleza del arte se encontraban en la representación cierta del estado interior. Esta escultura apareció por primera vez decorando “Las Puertas del Infierno” para un museo de Artes Decorativas en París.














THE ETERNAL SPRING KISS, 1888
La Eterna Primavera
Auguste Rodin (1840-1917)
Escena de EL BESO ideada por el escultor.












CUPIDO Y PSIQUE
Antonio Canova (1757-1822)
Esta obra del escultor italiano se encuentra en el Museo del Louvre, en París. Canova destacó en sus obras la técnica y perfección en los acabados. Las obras de este artista representan la figura humana con una objetividad perfecta en todos sus aspectos, se proyectan dinámicamente manifestando la inquietud de los personajes en la escena.















EL BES DE LA MORT
Jaume Barba
Escultura en el Cementerio de Poblenou, al Este de Barcelona.
La inscripción de la tumba dice:
“Así su joven corazón se está apagando
en sus venas su sangre se está enfriando
Y toda fuerza se ha ido. La Fe se ha ensalzado
En su caída a los brazos de la muerte. ¡Amén!”














EL BESO
Constantin Brancusi (1876-1957)
Obra influida por el arte primitivo, elaborada en piedra calcárea. El artista juega con el concepto de unión y división, la pieza sola son dos figuras abrazadas por una línea que los une y separa; ojos distintos, cabello diferente, unificación por la boca. A diferencia de las obras de Rodin, esta obra de 1912 se concentra más en lo anteriormente descrito y en el volumen, la masa y sus texturas, que en el sentimiento del beso.

El beso en el quinto arte: La Pintura












EL BESO DE JUDAS
Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610)
Óleo sobre lienzo
Caravaggio produjo obras inspiradas en pasajes de la Biblia, en este caso presenta la escena de la detención de Cristo en el Huerto de los Olivos. Si nos fijamos en las figuras centrales, la expresión y palidez de Jesús refleja que está consciente del suplicio que le aguarda, mientras que el rostro de Judas refleja un inquietante estado absorto en que no se atreva siquiera a mirar a Cristo.
  













EL BESO
Gustav Klimt (1862-1918)
Óleo sobre Lienzo
Una interesante manera de escenificar el enlace entre un hombre y una mujer, la riqueza de los colores y el fondo dan un toque místico o esotérico a la escena, este ambiente de ensueño se potencializa con los tonos dorados y la aplicación de hoja de oro en la obra.
¿A ustedes qué les parece? ¿Qué sensación les da?













EL CUMPLEAÑOS
Marc Chagall (1887-1985)
Óleo sobre macocel
En esta obra surrealista, donde salta la maestría del uso de la fuerza del color, se ejemplifica muy bien por qué se considera a este artista un pintor de estados de ánimo. Resalta la inocencia del tema al pintar: un beso, la unión de las dos figuras centrales en un posible abrazo y un ramo de flores para expresar su amor y cariño. Para retratar la espontaneidad del sentimiento alegre y la sorpresa de la escena, Chagall se pinta a si mismo flotando.














KISS V
Roy Lichtenstein (1923 – 1997)
Óleo sobre lienzo
Esta obra, del escultor y artista gráfico famoso por sus interpretaciones a gran escala del arte de las tiras cómicas, explota la ilusión con su paleta de colores limitada y las líneas gruesas, transmitiendo intensidad y emoción.
















La Despedida
Remedios Varo (1908 – 1963)
Nos despedimos, pero no existe para siempre, no existe el nunca. Somos unimisma cosa. El uno, el otro. Nuestros caminos pueden dispersarse como polvo bajo el vendaval. Podemos borrar las huellas del destierro. Lo que sea podemos hacer para perdernos, arrancarnos el tacto para no tocar más cuerpos. Podemos hundir la brújula en el laso, borrar las sílabas de nuestros nombres. Olvidar incluso el sabor de estas bocas. La humedad de la saliva. Podemos correr y escapar en direcciones contrarias, hasta el fin del mundo y de los tiempos. El siempre no es nada, el nunca no existe. Cuando leguemos huyendo al infinito nos encontraremos frente a frente, uno dentro del otro, donde siempre hemos estado, de dónde nunca hemos salido. Despedirse es mentira, el gato lo sabe.

El beso en el séptimo arte: La Cinematografía












THE KISS
El primer cortometraje que exhibió un beso en 1896.












THE GOLD RUSH
Película del cine mudo, 1925. Chaplin se convierte en un multimillonario, un grupo de periodistas escriben un artículo sobre él. El personaje de Chaplin ve a la que es el amor de su vida y los periodistas deciden tomarles una foto juntos, estando muy cerca el uno del otro, antes de tomar la foto, él le roba un beso.
  










LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, 1939
Un clásico del cine, en esta escena, Rhett Butler le propone matrimonio a Scarlett O’Hara ella se resiste e incluso lo provoca con el recuerdo del que es su verdadero amor, él se enoja y la besa, haciendo que ella acceda.












FROM HERE TO ETERNITY
En esta película del año 1953, esta escena entre Burt Lancaster y Deborah Kerr, muestra dos besos que culminan con la línea de ella: "I never knew it could be like this! Nobody ever kissed me the way you do."










BREAKFAST AT TIFFANY’S
Esta gran película de 1961 es un clásico en todo el mundo, es una escena con un desenlace completamente natural después de una confrontación entre ambos protagonistas, este cambio lo acompaña perfectamente la pieza musical y la sensación renovadora de la lluvia.

 






MOULIN ROUGE! 2001
Si enlistamos los mejores besos de los musicales todos merecerían formar parte de esta lista, pero este beso, al finalizar “The Elephant Love Medley”, es un favorito por la representación visual de emociones, la temática de la canción y la inclusión del fragmento de “I will always love you” de Dolly Parton y que hiciera famosa Whitney Houston.

No quiero cerrar esta sección, sin reconocer uno de los besos más ingenioso que he visto en pantalla:










SPIDERMAN, 2001.

El beso en el octavo arte: La Fotografía

¿Imágenes infraganti? ¿Planeadas? Tal parece que la polémica en el tema de la fotografía perdura; sin embargo, ¿es importante? Iconos de la fotografía, como las que están por ver, tienen la capacidad de captar nuestra atención y dar rienda suelta a emociones, sensaciones y echar a volar la imaginación. En mi opinión eso es lo que importa.



VJ DAY, THE KISS
Alfred Eisenstaedt, 1945.












BESO EN EL HOTEL DE VILLE
Robert Doisneau, 1950

El beso en el noveno arte: La Historieta
La historieta se considera el noveno arte, aunque hay discusiones sobre si es válido o no considerarlo como tal, ésta corriente permite discutir sobre la calidad del dibujo, el poder de comunicar a través de sus trazos, el empleo de colores, tonos, saturación y mucho más elementos que transmiten al lector la intención adecuada de cada uno de los besos:
 





Por Alex Ross



Puede ser la primera señal de amor o la culminación de una atracción, un beso es un beso ¡y muchos son inmortales!













Kissing Vancouver pic




lunes, 16 de febrero de 2015

FRIDA y FRIDA (Las dos Fridas)



Hace algunos años fui a una exposición de Frida Kahlo con un sobrino de apenas 5 años. Quedó fascinado con las obras de mi querida Frida, especialmente con el EL CIERVO PEQUEÑO, LA VENADITA, o EL CIERVO HERIDO, pintado en 1946.

Me sorprendió el interés del niño por estas obras, y más aún cuando me pidió que le contara sobre Frida. Sobre ella se ha hablado mucho, han escrito libros, rodado películas, es un ícono cultural que no creo contenta de saberse actualmente un ícono comercial.


En fin, Frida Kahlo no tuvo una vida fácil. Desde los 6 padeció con enfermedades como la poliomielitis, que le dejó estragos físicos en la pierna derecha, los niños la llamaron “Frida la Coja”. Esto nos da una idea de por qué gustaba de usar pantalones y no faldas de la época. ¿Por qué faldas largas y folklóricas, que utiliza después de conocer a Diego Rivera, y los pantalones? Escondían su pierna.

A los 18 años padece aquel terrible accidente en el autobús, su cuerpo queda destrozado y esto trae las subsecuentes dificultades para embarazarse, terminando todos sus intentos en abortos. Por este accidente, Frida inicia el hobbie que le daría la fama que la dio a conocer en todo el mundo y a través del tiempo: la pintura. Frida sufrió 3 abortos, varias operaciones de columna y la amputación primero de 3 dedos de su pierna derecha, y después la pierna por debajo de la rodilla. De esto siempre se resguardó en la pintura.

Tiempo después, mi sobrino me contó que escribía un ensayo sobre LAS DOS FRIDAS, también mi obra favorita.


¿Qué vemos en este cuadro? Dolor, dualidad: un cielo que anuncia tormenta, un suelo árido. Una Frida vestida como Europea y una Frida Mexicana. Este cuadro se pintó en 1939, después de divorciarse de Diego Rivera. La Frida en traje blanco representa una Frida con el corazón vacío, cerrando con unas pinzas la arteria para no desangrarse. La Frida vestida de Tehuana vive con dolor en la mirada, tiene el corazón vivo, sostiene con la izquierda un retrato de Diego Rivera como niño.

Si ahondamos un poco en esta dualidad, la Frida Europea representa su ascendencia española por parte de su madre y alemana por parte de su padre, es un Frida que no existe ya que ella se representa viva y portando el traje de tehuana, ese traje que era de los favoritos de Diego, y que ella adoptó por cuestiones sentimentales y que se prestaban para ocultar su pierna.

Mi sobrino preguntaba ¿pero qué hay detrás? ¿Qué más hay en esa dualidad? Rápidamente recurrí a varios autores pero ninguno nos respondía. Un día fui a la Casa Azul de Frida, en Coyoacán, y compré una versión de su diario, qué sorpresa me llevé al encontrar lo siguiente:





“ORIGEN DE LAS DOS FRIDAS

= Recuerdos =

Debo haber tenido seis años cuando viví intensamente la amistad imaginaria con una niña… de mi misma edad más o menos. En la vidriería del que entonces era mi cuarto, y que daba a la calle de Allende, sobre uno de los primeros cristales de la ventana, echaba “baho”. Y con un dedo dibujaba una “puerta”… Por esa “puerta” salía en la imaginación, con una gran alegría y urgencia, atravesaba todo el llano que se miraba hasta llegar a una lechería que se llamaba PINZÓN… Por la O de PINZÓN entraba y bajaba intempestivamente al interior de la tierra, donde “mi amiga imaginaria” me esperaba siempre. No recuerdo su imagen ni su color. Pero si sé que era alegre, se reía mucho. Sin sonidos. Era ágil y bailaba como si no tuviera peso ninguno. Yo la seguía en todos sus movimientos y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos. ¿Cuáles? No recuerdo. Pero ella sabía por mi voz todas mis cosas… Cuando ya regresaba a la ventana, entraba por la misma puerta dibujada por el cristal. ¿Cuándo? ¿Por cuánto tiempo había estado con “ella”? no sé. Pudo ser un segundo o miles de años… yo era feliz. Desdibujaba la “puerta” con la mano y “desaparecía”. Corría con mi secreto y mi alegría hasta el último rincón del patio de mi casa, y siempre en el mismo lugar de un árbol de cedrón, y gritaba y reía asombrada de estar sola con mi gran felicidad y el recuerdo tan vivo de la niña. Han pasado 34 años desde que viví esa amistad mágica y cada vez que la recuerdo se aviva y se acrecenta más y más dentro de mi mundo.
1950. Frida Kahlo.”

¡Qué suerte! Entonces ella misma nos guía a creer que la Frida Europea, la Frida que se desangra salvando a la Frida Mexicana que se aferra a su Dieguito, la Frida cuyo corazón está vacío, no es otra que la amiga imaginaria que en algún tiempo la salvó de su soledad de niña, antes o después de sufrir poliomielitis, y que ahora después de su divorcio acude en el cuadro a salvarla del difícil trago que esto supone.

Cierro esta sección con la siguiente cita “La ciencia tranquiliza, el arte perturba”. Es fuerte, polémica, pero encierra una verdad certera. Los invito a que lean un poco más sobre Frida Kahlo y “Las dos Fridas”, el cuadro está lleno de simbolismos, si lo observan y leen más pueden sacar conclusiones propias y podríamos hablar al respecto. ¡Háganlo!

Les envío un saludo y les deseo un excelente día.

Tía Toncha.